Con una mirada abiertamente inconformista, las creaciones de arte figurativo de la artista Mercedes Helnwein respiran una narrativa misteriosa y sutilmente perturbadora. Mercedes Helnwein creció en Irlanda donde atraída por la escritura de ficción, comenzó su carrera artística publicando cuentos y artículos en revistas literarias. Este punto de partida recorrerá toda su trayectoria. “En mi trabajo, ya sea fotografía, pintura, escritura o audiovisual, todo conduce hacia una historia. No siempre es muy evidente, pero está ahí”, nos cuenta la artista. Nacida en Viena, es la hija mayor del artista de renombre mundial, Gottfried Helnwein. Con un espejo tan potente en el que mirarse se tiende a buscar influencias familiares, pero como ella misma explica, “tenemos instintos y temáticas artísticas completamente diferentes, nunca ha sido una influencia directa ni me ha dado lecciones sobre dibujo o pintura”.

En el 2000, Mercedes se mudó a Los Ángeles, donde su arte visual pronto llamó la atención entre los círculos del mercado del arte. Alejada de las escuelas de arte e inspirándose en influencias completamente personales que van desde el feminismo, la imaginería de los suburbios americanos en los años 60, la literatura rusa del siglo XIX o la música blues, Helnwein es una artista multidisciplinar. Su rango de estilos se mueve en una variedad de soportes que van desde la pintura y el dibujo al cine experimental; desde la estética comiquera del ilustrador Crumb y el Ghost World de Daniel Clowes a la literatura mordaz de Bukowski.

Antes de su primera exposición individual en 2006 en el Tipperary Arts Center (Irlanda), Helnwein ya había expuesto en Los Ángeles, Nueva York y Berlín. También ha participado en exposiciones colectivas en EE.UU, Irlanda, Reino Unido, Austria, Suiza y Alemania. Su novela más reciente, Los posibles peligros del día de Hester, ha sido publicada por la editorial americana Simon & Schuster en 2008 y está traducida al francés.